Nació para ser un luchador. "Siempre me mantenía en mi casa, no salía, pero me di cuenta que la vida es muy bella y gocé mi juventud al máximo, sin ningún problema", dijo Martín Villarreal.
LA FE ES LO PRINCIPAL PARA VIVIR
El señor Martín, de 43 años, nació con un impedimento físico en su cuerpo, ya que a su madre le dio rubéola cuando estaba embarazada de él; no tiene piernas y le faltan los dedos de las manos, pero no le ha importado, ya que su vida es igual a la de cualquier persona.
Su madre lo acompañó siempre y lo ayudaba, pero desde hace dos años se vio forzado a pedir dinero en la calle, y es que su progenitora murió. "Antes vendía revistas, pero no me alcanzaba para comer. Un señor me regaló una patineta, y fue el regalo más grande, porque descubrí la manera de desplazarme", confesó.
¡INCREIBLE ESFUERZO!
Martín vive en Nuevo Arraiján, y dos veces por semana se traslada en bus hacia el área de Los Pueblos, en Juan Díaz, se coloca cerca del semáforo a pedir dinero, y gracias a la benevolencia de todos los que detienen sus autos para darle una limosna, él puede comer a diario.
Martín necesita que le construyan un servicio higiénico, ya que no tiene baño en su casa; una nevera para guardar los alimentos, entre otras cosas.
SUEÑO
El gran sueño de su vida es tener un carro, acomodado para él, para poder desplazarse sin ningún problema y rápidamente.
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