Uniformado como si fuera a trabajar estaba el cabo 1.° de la Policía Nacional (PN) Juan Francisco Aizpurúa, quien a sus 37 años fue asesinado por delincuentes el pasado 30 de abril en Santa Librada.
A pesar de que la única persona detenida por el caso fue dejada en libertad, familiares de Aizpurúa confían en la labor que lleva a cabo la PN y hacen un llamado a la pareja que fue testigo del hecho para que se ponga en el lugar de los dolientes y denuncie a los involucrados.
Los restos de Aizpurúa permanecen en el camposanto Parque de La Eternidad en la entrada de Cerro Azul.
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