En el sector de Santa Cruz y San Miguel, varios son los puntos de compra y venta de hierro.
Como consecuencia, el lugar se ha convertido en sitio concurrido de los orates que llegan a vender rollos de cables robados.
Para colmo, un comercio de éstos, ubicado en una de las esquinas de Santa Cruz, que da a la Avenida Nacional, ha utilizado la vía pública para acomodar sus chatarras. Entre las chatarras se encuentra una vieja camioneta blanca y grandes y oxidadas piezas de hierro, que además de robar espacio, dan mal aspecto al lugar.
Las chatarras tienen tiempo en el lugar, sin que nadie se inmute en moverlas.
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