Así como a la señora Markelia se le subió la presión cuando el médico le informó que sería madre de cuatro en un solo parto, lo mismo le hubiera ocurrido a cualquiera, y es que, después de no poder tener hijos, que te digan de un sablazo tal noticia, creo que es la mínima reacción que se puede tener.
Cuando llegué a entrevistarla en su casa en Colón, los nervios estaban a flor de piel, pues aunque de por sí las mujeres embarazadas se vuelven muy sensibles, el hecho de compartir cosas personales con un extraño, que encima de todo lo publicará en un medio de comunicación no es fácil.
Luego de escuchar su historia, confirmé una vez más las maravillas que hace Dios, y es que, antes de quedar embarazada de cuatrillizos, Markelia y su esposo buscaron ayuda especializada y ella tuvo a su primera hija (sí, ahora serán cinco).
Esto me recuerda a otros casos, en los que después de gastar dinero y pasar muchas tristezas, otras parejas han vivido experiencias similares.
Ella admitió que fueron muchas las lágrimas que derramó esperando por un bebé, pero ahora Dios le dio cuatro más, como dice ella misma, compensando todas esas lágrimas. Criarlos no será fácil, pero de algo estoy segura y es que Dios sabe por qué permitió tal regalo multiplicado por cuatro, y aunque nunca antes había conocido a esta mujer, sé que ella se esforzará para brindarles lo mejor. ¡Felicidades!
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