Resulta muy complicado realizar un estudio comparativo sobre la percepción que tienen los estudiantes acerca del tipo de comportamiento conflictivo que impera en las escuelas y universidades del país.
Es cierto que existe el maltrato físico y se manifiesta en amenazas con armas, el jugar a ocultar cosas con amenazas (chantaje), robar, maltrato verbal, entre otros. También existe el maltrato mixto (físico y verbal), el cual se percibe en intimidaciones, acoso sexual, exclusión social, ignorar a alguien, no dejar que participe en una actividad y otras más.
Las conductas violentas, menos graves, como la agresión verbal y la exclusión social, son las que presentan mayor incidencia en los centros escolares, según los alumnos agresores y los victimizados.
Por otro lado, los alumnos más violentos consideran que las conductas de abuso, de pegar, pelear o maltratar a otro físicamente se cometen con mayor frecuencia.
En cuanto a la opinión del resto de compañeros que son testigos de las agresiones, se dedujo que las conductas de agresión verbal son menos frecuentes que el abuso físico.
LA ESCUELA, FOCO DE VIOLENCIA
Las conductas violentas de agresión e intimidación en los alumnos que ocurren en los centros educativos tienen un lugar determinado: las aulas, los pasillos, los baños, el patio de recreo o recesos. Las entradas y salidas de los planteles son lugares comunes y frecuentes de agresión, que van ampliando su espacio con el pasar del tiempo.
De acuerdo con estudios hechos, aquellos alumnos que vandalizan la propiedad tienen mucha ira reprimida y la expresan hacia la escuela, en forma de daño a la propiedad. Generalmente, estos estudiantes vienen de hogares de padres divorciados, separados o madres abandonadas, quienes no cumplen con su rol y, por lo tanto, no pueden darles a sus hijos lo que necesitan, incluyendo su alimentación. Todas estas situaciones afectan la buena formación del niño o del adolescente.
Se les recomienda a todos los directores, docentes, padres de familia y a todas las personas que laboran o son parte del plantel escolar tener una mayor vigilancia para así evitar situaciones conflictivas o violentas de parte de los estudiantes.
Otra recomendaciones que daría sería la creación en una escuela para padres. Esto debería funcionar en cada plantel educativo. A la escuela para padres deberán asistir los acudientes que tengan hijos con problemas de conductas para guiarlos y asesorarlos con profesionales como psicólogos y orientadores.
Este programa además deberá ser obligatorio, porque muchos padres restan importancia a los problemas de sus hijos. Sólo asisten a los planteles a matricularlos cada año.
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