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Madrid | EFE |
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El Real Madrid exhibió todo un derroche de fe y casta ante el RCD Espanyol, al cual derrotó 4 por 3, y sumó tres puntos de oro en su lucha por el título, con un gol decisivo del argentino Gonzalo Higuaín, el primero en Liga en el estadio Bernabéu, y se acuesta como líder de la Liga Española. El madridismo vibró y se entregó con su equipo. Reaccionó tras un primer tiempo en el que el Espanyol le pintó la cara con tres goles de Pandiani. De entrada, el Capello más ofensivo se llevó un revolcón en el primer tiempo. Justo el día que mejor jugaba al fútbol el Madrid, tocando con fluidez y entrando por las bandas con autoridad, llegó el susto. Tres llegadas, tres goles de Pandiani. Con demasiado castigo para el equipo de Fabio Capello, Van Nistelrooy hizo el único gol del Madrid en el primer tiempo, pero el protagonista había sido Pandiani. Tras el descanso, Capello cambió de guión y otro acierto sobre la marcha. El italiano no se casa con nadie. No le gustó Guti -héroe ante el Sevilla- y le dejó en la caseta. También se fue Cicinho. Entraron Reyes y Helguera. Y de inmediato, apareció Raúl en busca de la remontada. Con coraje, corazón y calidad, el capitán del Real Madrid, saliendo y trazando diagonales desde la derecha, Raúl, hizo el 2-3 y su equipo se enchufó al partido. El Madrid del segundo tramo fue un Madrid de casta. Y eso le llevó al 3-3 de Reyes, que llevó la indignación a Kameni por entender que hubo falta previa de Higuaín. El argentino Higuaín, con fortaleza, le hacía falta al Madrid en los metros finales, para marcar el cuarto gol que fue definitivo.
AVISO
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