Qué tal Moza, te he escrito porque estoy un poco enferma desde el día que me enteré de algo que me ha cambiado la vida.
Moza, yo soy una chica que no es normal, porque en vez de gustarle sólo los hombres, también me gustan las mujeres.
La verdad es que me atraen más las mujeres, pero, bueno, siempre hay algún chico que no pasa inadvertido ante mis ojos.
Hoy te he escrito porque hace un par de meses salí con un chico que es bien apuesto y que yo creí era un hombre tranquilo y sano, pero, Moza, me equivoqué.
Sucede que ese chico al igual que yo tiene inclinaciones sexuales por ambos sexos y ahora parece que le acaban de diagnosticar SIDA.
Me di cuenta porque un día fui al Seguro y, por casualidad, lo vi llegar con su madre; al verlo me acerqué para saludarlo, ya que luego de nuestro romance seguimos siendo amigos, pero en ese momento, cuando me vio, rompió en llanto.
Me asusté al verlo llorar y fue cuando tomó aliento y me dijo que tenía VIH y que hace meses estaba tratando de localizarme.
Cuando dijo eso sentí que el mundo caía sobre mí, pero lo disimulé mucho. Él sólo respondió: "por favor, ve al médico y hazte una prueba".
Desde ese día han pasado sólo dos y no sé qué hacer, quiero ir corriendo al médico, pero temo encontrarme con un diagnóstico que me confirme lo mismo. Quería contarle a alguien, pues esto que me pasa es como el dicho: "cara vemos, corazones no sabemos". Yo jamás supe que él era bisexual y él tampoco lo supo de mí hasta que me lo contó ese día. Dame un consejo, me estoy volviendo loca.
HAZTE ESA PRUEBA
Hola, la historia que me cuentas es muy triste, pero creo que no debes esperar más para hacerte esa prueba, ya que es peligroso que sigas ignorando lo que pasa en tu cuerpo. Quiero decirte que nunca olvides que todo lo que sucede en la vida es porque Dios lo quiso, así que ten fe y hazlo ahora que puedes estar a tiempo.
Después del diagnóstico, salga lo que salga trata de tener más cuidado cuando tengas relaciones sexuales; es bueno que uses preservativos y si no tienes nada, qué te cuesta abstenerte. ¡Suerte!
|