"Como diría aquella frase publicitaria: El beso de un hijo no tiene precio".
Sin lugar a dudas, sus hijos Nicole y Julio César Jr. son la inspiración del púgil mexicano Julio César Chávez, quien prometió ayer dar todo lo que tiene para despedirse dignamente del público mexicano en la pelea ante el estadounidense Frankie Randall del sábado próximo en la capital mexicana.
"Sé que le tengo un gran respeto al público, por lo cual voy a dar mi vida en el ring", dijo Chávez, de 41 años, en una rueda de prensa para promover la función que pondrá fin a su trayectoria de 23 años como boxeador profesional.
Chávez, quien fue tres veces campeón del mundo en categorías distintas y con 112 peleas disputadas, 115 ganadas, cinco perdidas y dos empates, manifestó que su despedida le causa tristeza, pero también una gran motivación para despedirse con una victoria.
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