A los nueve años, Pedro Magallón hizo su primer sombrero. Sus ágiles manos se han dedicado por años a trasformar la fibra de bellota en lindos sombreros pinta'os y ocueños, entre otros.
Su arte y su experiencia lo hacen conocedor de cada uno de los sombreros que teje; además, confecciona artesanías de piedra jabón.
Es oriundo de Pajonal, Penonomé, pero tiene su puesto en el mercado de artesanías de El Valle de Antón. Es de su tierra de donde consigue los materiales que usa.
Fue su madre Celia Martínez, quien le enseñó a confeccionar sombreros, desde sietero ( siete vueltas), de 16 vueltas y hasta los de dos talcos encontrados.
Su hermano Abraham fue el primero en llegar a El Valle con los sombreros y en vista de que la mercancía se comercializaba bien, se quedaron en este pueblo.
Al principio le costó un poco aprender la técnica, pero hoy es un artesano orgulloso de ver que los sombreros de su tierra se cotizan en el mercado nacional e internacional.
Esta actividad la combina con las artesanías de piedra jabón y con las cestas de majagua y bellota, que son de uso doméstico.
Mientras cuida su puesto, usa su tiempo libre para tejer las criznejas que, una vez unidas, le darán forma al sombrero.
SU PRECIO
Mientras más fino el tejido, más caro el sombrero. Los hay de 20, 25 hasta 180 dólares.
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