El sabor y el buen trato los hacen prosperar. Ana y Germán Pacheco le han sabido sacar provecho a sus dones en la cocina. Ellos son vendedores de comida criolla y todos los días buscan complacer el paladar de sus clientes.
Desde que son las 12:00 p.m., la esquina de la biblioteca Eusebio A. Morales, frente a la Asamblea de Diputados, va tomando vida. Frente a la fonda móvil "Any" se van formando largas filas de personas que solicitan su plato favorito.
Los esposos vienen desde su casa en María Eugenia de Chilibre, en donde cocinan la comida y la trasladan al local, donde ponen enormes bandejas con pollo guisado, frito, carne, arroz, menestras y ensaladas. Cada día el menú varía.
Ordenadamente, van atendiendo a sus clientes. Mientras que otra señora de buena voluntad los ayuda repartiendo los cubiertos que llevan en un cartucho.
En la fila se escucha claramente cuando las personas arman su comida. Unos prefieren el pollo frito, mientras que otros optan por el guisado para remojar la salsa con el arroz.
Desde el momento que Ana y Germán venden el primer plato de comida no paran hasta que se termine todo lo que llevan.
Germán explicó que tienen 20 años en el negocio y que han podido educar a sus tres hijos.
Además, que la jornada de trabajo empieza a las 4:30 a.m. para tener todo listo a las 11:00 a.m.
Antes de llegar a la fonda, ellos pasan al Club de Golf, en donde tienen unos clientes y después a las comisiones de la Asamblea en las áreas revertidas.
"A las personas lo que les puedo decir es que luchen por lo que quieren y que en esta vida todo requiere de sacrificios para poder prosperar", aseguró Germán.
FIN DE SEMANA
Ellos, los sábados, venden comida en su casa como pescado relleno, bacalao y demás. |