"No... no me digas que no... porque me da la calambrina...", un clásico coro de la comparsa de El Chorrillo tiene que empezar esta historia. Y es que el ritmo de esta tonada la marca el timbal, ejecutado por "Tito". Nadie como él. Sólo tiene 12 años, pero mueve los palillos como un experto, y es que tiene que ser así, pues una comparsa sin timbal no es nada. Lo mejor es que sólo aprendió viendo y escuchando, su modelo fue "Kené".
Tiene dos o tres años, no recuerda bien, de estar tocando en la comparsa de El Chorrillo, su barrio. Allí nació. En la calle 25 abajo está su casa, justo en el Edificio Buga Vilea.
"Tito" lo llama todo el mundo, dice que ese apodo se lo pusieron sus amigos, pero no sabe por qué y es que ni siquiera se liga a su nombre José Harris. Él está en 7to. grado en el Instituto Bolívar, pero sus sueños van más allá.
SU OTRA PASION
Ver a Tito tocar el timbal es asombroso, pero verlo tocando el balón en un juego de fútbol está por encima del nivel. Desde la volante izquierda, controla toda la cancha del Complejo Amelia Denis de Icaza y desde allí es un goleador, en caso de que los delanteros no respondan.
Recuerda que a los cinco años comenzó su amor por el fútbol. Ahora pertenece a El Chorrillo Fútbol Club, al que ingresó desde los 7 años. Después de llegar del colegio es fácil encontrarlo en la cancha, pero más, los lunes, miércoles y jueves, que son los días de práctica.
TIENE MUCHAS EXPECTATIVAS
En el fútbol están sus esperanzas, pues considera que tiene el talento, pero es consciente y también tiene como opción la abogacía. Mientras puede continuará tocando en la comparsa.
José es un ejemplo fenomenal, no todo en El Chorrillo está perdido, aún quedan esperanzas y niños con sed de triunfo.
SUEÑO
El ansía jugar en Europa y comparar su juego al del jugador brasileño Robinho. |
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