QUE HAY, MOZA:
Cómo estás; te saluda Edwina; soy del interior. Como veo que le das buenos consejos a la gente, me atreví a escribirte. Hace meses trabajé como manicurista en un salón de belleza en el que conocí a un cliente que sentí que era como amor a primera vista, lo malo es que él estaba con su esposa atendiéndose. La verdad es que, como no me gusta ser plato de segunda mesa, no le presté mucha atención, pero la atracción fue igual en él. A las dos semanas, él se las arregló para encontrarse conmigo y sacarme conversación un buen día que salí a almorzar. Traté de hacerme la indiferente, pero poco a poco me envolvió y caí en sus brazos. Me sentía mal porque tenía miedo de encontrarme con su esposa y poner cara de tonta, pues ella era cliente frecuente del salón.
Hace un mes que me vine a vivir en el interior y puse un salón de belleza y pensé que no lo vería más, pero ahora me llama y me dice que dejará a su esposa para quedarse conmigo, que no la quiere y que su relación está muy mal. La verdad es que no me convence mucho eso de que su relación esté mal, pero lo que siento por él es tan fuerte que me hace olvidarme de su esposa. Moza, por favor, dime qué hacer, lo quiero mucho, pero me da miedo que esa relación solo sea una ilusión pasajera y después lo pierda de la misma manera en que lo gané.
Edwina
ESTIMADA LECTORA:
Veo que aquí no hay mucho que aconsejar porque estás consciente de lo que tienes que hacer. Uno no puede estar en la vida creyendo en pajaritos preñados, o la relación es sólida o de plano no camina. La tuya no tiene futuro, ese hombre te tiene de relajo y lo peor es que caíste en su juego.
Mira, si una persona te pretende, tiene que hablar claro y serio. Si estás insegura de su amor, es porque sientes, en el fondo, que aún está con su esposa. Mejor dedícate a lo tuyo. Ya llegará un hombre que valga la pena de verdad.
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