Desde las 6:00 a.m. los fieles empezaron a llegar para tomar los mejores lugares y acomodarse a ver la ceremonia.

El arzobispo metropolitano, monseñor José Domingo Ulloa presidió este acto litúrgico y no desaprovechó la oportunidad para hablar de la importancia que tiene la santificación del domingo. Esta reacción surgió ante la propuesta del Gobierno Nacional de eliminar los domingos como días libres.

"Es un día donde se celebra la victoria de Cristo sobre el pecado y la muerte, donde evocamos agradecidos el primer día del mundo y a la vez la prefiguración en la esperanza activa del último día cuando vendrá Cristo", aseguró Ulloa. Afirmó que los cristianos no pueden renunciar al sentido del domingo, pues se tiene que respetar, porque tanto hombres como mujeres deben velar por su descanso. "No se puede paganizar el domingo", enfatizó Ulloa, quien también se refirió al crecimiento económico del país, en donde lo más justo es que la población goce de mejores servicios de salud, educación y alimentación.

En el momento en que el Arzobispo se refirió al domingo como día de descanso, la multitud hizo una ovación con la que se comprobó el temor de los panameños, en caso de que se convierta el domingo en un día de trabajo como los demás.

OTROS DETALLES
En la celebración participaron más de cien sacerdotes, entre diocesanos y religiosos.

Se utilizaron 50 copones para distribuir unas 5 mil hostias consagradas.

Al culminar la celebración litúrgica hubo un acto para honrar a los fundadores de la Cita Eucarística, de la Cena de Pan y Vino, de la Campaña de Promoción Aquidiocesana.

Se reconoció los 50 años de vida sacerdotal de los padres: Fernando Guardia, Francisco Galende y monseñor Crestar Durán.