"Pienso que lo que más me motivó a estudiar, fue ver a mis hijos pasar trabajo con sus tareas, y yo sin saber, sólo podía ayudarlos hasta donde yo sabía. Me siento muy orgullosa de mis hijos, porque todos son profesionales", dijo Andrea García mientras contaba la historia de su vida.

Esta incomparable mujer tiene 76 años y acaba de terminar sus estudios universitarios en Educación Preescolar. ¡Qué ejemplo!

A la edad de ocho o nueve años, perdió a su madre y sólo estudió el cuarto grado. Como repitió, la persona que la crió no la dejó ir más a la escuela.

Pero se quedó con la idea de que ella tenía que estudiar, tuvo sus hijos, que fueron ocho, pues uno murió.

Se dedicó a criarlos y a trabajar para poderlos mantener y educar. Esperó hasta que fueran responsables de sí mismos y echó mano a la obra del estudio.

"Siempre veía a mis hijos fajarse con libros mientras estaban en la universidad. Me entró la curiosidad y yo quería saber qué era estudiar allí, tomé la decisión de emprender esta nueva experiencia", expresó Andrea.

"Entré a la escuela de noche para hacer mi cuarto grado en el ‘89, pero con la invasión lo dejé, pero aún seguía la semilla del estudio dentro de mí. Luego, en 1995 entré a sexto grado y ya no me detuve, tengo doce años consecutivos de estar estudiando y lo seguiré haciendo hasta que Dios me dé vida", dijo la orgullosa profesional.

Ahora Andrea se dedica a enseñar a sus nietos y bisnietos y dijo: "En la vida no hay impedimento cuando se quiere triunfar, porque cuando uno tiene metas debe seguir adelante y lograrlas. Eso es lo que realmente tiene sentido, aunque como en mi caso, tal vez no consiga trabajo, pero me siento muy orgullosa por mí, pues me demostré que sólo es cuestión de querer".

METAS
Andrea seguirá estudios de profesorado, y si la vida le da tiempo, hasta una maestría sacará.