¿Se acuerdan del famoso caso del taxista del destornillador?, pues la Fiscalía Décimo Tercera de Circuito lo condenó a pasar nueve años en el centro penitenciario La Joyita, por los delitos de robo agravado en perjuicio de Zarita Candanedo, Marcela Araúz y otras damas que no quisieron involucrarse en el proceso penal por temor.
El desalmado, que responde al nombre de Eduardo Gutiérrez Ávila, recogía en horas de la mañana a pasajeras -estrictamente mujeres- para desviarlas e intimidarlas con un destornillador, para despojarlas de todos sus bienes de valor.
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