Entre el bullicio de las compras, el calor y el olor a frutas maduras, José Flores, afanosamente, vende sus verdes y jugosos limones en su puesto en el Mercado de Abastos.
Pero no está solo en esta actividad, con él hay otros que exponen sus productos para cautivar a sus clientes.
Por 12 años, ha estado en este popular mercado por iniciativa de una persona que lo llevó a trabajar, y con el tiempo se quedó con su propio puesto. José era un adolescente cuando esto pasó.
Hace años, sus padres emigraron de Ocú, en la provincia de Herrera, para establecerse en la ciudad con el ánimo de buscar mejores formas de vida.
Hoy José vende, orgullosamente, limones, aguacates y otras frutas de temporada. Lo difícil de este trabajo para él, es dormir mal y pasar las noches en vela, cuidando lo que tiene.
Este revendedor está desde las 4 de la mañana hasta el resto del día para colocar sus frutas, porque tiene mucha competencia. Lo mejor del limón es que es un producto que dura.
Entre sus sueños está establecer una empresa de entrega de productos a las empresas y a las residencias.
DEDICACION
Con esto mantiene a sus seis hijos. Trabaja duro para que no les falte nada. Los desvelos son muchos.
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