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  martes 27 de junio de 2006 enviar por email versión para imprimir
  IMPACTO
Estaba encerrado
Este singular hecho ocurrió, y ni siquiera los Policías Municipales se enteraron, pese a la multitud congregada.

Didier Hernán Gil | DIAaDIA

¡Se ahoga, se ahoga! Ese era el grito de desesperación de muchos arrendatarios y compradores que se encontraban ayer en el Mercado de Abasto.

Eran las 2: 30 p.m., el sol estaba en todo su apogeo, cuando dentro de un vehículo Nissan Frontier, con placa 304228, se encontró a un pequeño que, evidentemente sofocado, lloraba desesperado. Muchos curiosos se asomaban para ver al niño de, aproximadamente un año, que lloraba angustiado.

Su padre Yam Pen, apareció 25 minutos después, y a pesar del clamor de los espectadores, el asiático se negaba a romper una de las ventanas, pero no le quedó otra opción.

Cuando sacaron al niño, le corrían gotas espesas de sudor por su rostro y aún sollozaba en los brazos de su padre.

Jam Pen explicó que deja a su niño siempre en el auto, y cuando él regresa el niño quita el seguro, pero tal vez al ver tanta gente cerca del auto se llenó de miedo.

El caso fue atendido por la Subestación de Policía del área canalera de Curundú. Un familiar del niño se lo llevó a casa, pues Jam Pen tuvo que rendir declaraciones ante las autoridades correspondientes.

COLORADITO
El pequeño estaba en el asiento de atrás, rodeado de sacos de tomate, ajos y pimentones.

 
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