"Lo hago con alma, corazón y vida". Así definió José De La Cruz, un antonero de 51 años, la entrega con la que realiza su labor de transportar personas. Simplemente trata de hacer la diferencia dentro de su colectivo.
Él, que según alguno de sus usuarios brinda un trato amable, se inició en el negocio del transporte conduciendo buses de otras personas.
DE SOCIO A CONDUCTOR
De La Cruz llegó a la capital, proveniente de su tierra natal, a los 16 años de edad, "en busca de un mejor mañana".
Su primer trabajo lo obtuvo en el Restaurante Don Sammy, que estaba ubicado en la Avenida Balboa. Allí laboró como barrendero, ayudante general y cocinero, hasta que se convirtió en socio de la cooperativa y de la empresa.
Sin embargo, con la invasión militar de los Estados Unidos a Panamá, el 20 de diciembre de 1989, se separó del negocio para dedicarse a la labor que "orgullosamente" hoy realiza.
Con sus ahorros, don José compró en 1995 su primer microbús "Lite Hace", de 9 pasajeros, con el que transportaba gente a la comunidad de El Progreso, en Alcalde Díaz.
Más tarde, el crecimiento del negocio del transporte lo obligó a adquirir un móvil de mayor capacidad.
Hoy, el antonero que administra un bus de la ruta Villa Lobo- Torrijos Carter asegura que, aunque nunca se imaginó ni deseó ser conductor, "fue una manera honrada de sacar a sus seis hijos adelante".
De La Cruz: "Trabajen honradamente"
"El único consejo que le puedo dar a los jóvenes es que estudien y trabajen honradamente, porque así podremos forjar un futuro".
CONSEJOS
Según De La Cruz, a pesar de tener un mal sistema de transporte, el buen trato al cliente puede ser un paliativo. |