Con la madre moribunda entre sus brazos, la muchacha no podía parar de llorar. La anciana, en un momento de lucidez, le dijo: "No llores, que la vida es bella. Un día estaba como tú, vencida, pero tu padre me rescató y me dijo que debía ser más optimista. Por eso, te recomiendo que lo hagas, que no veas lo oscuro, sino la luz de cada momento". En resumen, la anciana le enseñó lo siguiente:
"Cada día que vivimos es una ocasión especial. Por lo tanto, debes leer más y dedicar menos tiempo a la limpieza de la casa. Siéntate en la baranda y admira el paisaje, sin necesidad de fijarte si existen hierbas dañinas en el jardín.
Pasa más tiempo en compañía de tu familia y de tus amigos, y menos tiempo trabajando para los otros. Date cuenta de que la vida es un conjunto de experiencias, para ser apreciadas y no sobrevividas.
Usa copas de cristal todos los días. Viste ropas nuevas, sólo para ir a hacer compras al supermercado y si estás con ganas de vestirlas.
No guardes el mejor frasco de perfume para las fiestas especiales, úsalo siempre que quieras sentir su fragancia. Las frases: "un día..." y "un día de estos", sácalas de tu vocabulario.
Te apenaría pensar que no escribiste las cartas que querías, porque la intención de escribirlas era: "un día de estos..."
Si tú estás muy ocupado para dedicar algunos minutos para enviar este mensaje a las personas que estimas o si prefieres compartirlo "un día de estos", podría demorar mucho.. o nunca llegar... Podría ser que nadie se entere de tu amor.
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