La sentencia emitida ayer por el Segundo Tribunal Superior de Justicia estuvo a cargo del magistrado sustanciador del juicio, Wilfredo Sáenz.

Los fundamentos jurídicos señalan que Manjarrez no tenía afecciones psíquicas al momento de cometer el crimen, actuó con premeditación, y tal era su satisfacción, que no mostró signos de reflexión o arrepentimiento al regresar al lugar de los hechos.

Además, se sustenta que no se justifica el homicidio por los supuestos motivos de expulsión del seminario.

La versión de Manjarrez, de que encontró el cuchillo afuera de una casa cercana a la Iglesia de Guadalupe, fue desmentida por el dueño de la residencia y el responsable de la obra. Luego de notificadas las tres partes, la defensa tendrá tres días para apelar.