Ni el tiempo ni el cansancio el desgastan, pues "el Señor me da fuerzas". Sergio Calderón es un panameño de más de 60 años, que aún después de jubilado sigue laborando, ya que "no espero vivir de un sueldo todas las quincenas".
Él tiene un kiosco en la entrada de los edificios Los Libertadores, en Betania, en donde vende desde frutas hasta picadas. Todo comenzó hace cuatro años.
A eso se dedicó luego de jubilarse como Técnico en Mecánica Industrial. Uno de sus últimos trabajos fue como técnico en caldera, en el Corredor Sur.
Pero, más allá de ocupar sus días en su negocio "Kiosco Nina", el señor Calderón es un seguidor de Jesús, a quien le sirve desde hace 14 años. "A él dedico mis fuerzas", afirmó.
LIDER DE REDES DE CRECIMIENTO
Calderón, que asiste a la Comunidad Apostólica Hossana, es líder de cinco redes de crecimiento: Tres en Los Libertadores, donde reside, y dos en los edificios de Chucunaque. Allí, da clases sobre el Evangelio a niños y adultos.
Adelantó que pronto estará abriendo otra red en su comunidad.
Además de eso, asiste a clases de Teología e Historia de la Biblia en el Instituto Kaleo, para aprender más sobre las Escrituras.
SU LABOR CON LOS JOVENES
Hace poco tiempo, cuando regresaba a su hogar luego de recibir sus clases de Teología, el hoy pastor se encontró con unos diez jóvenes, que de sorpresa le pidieron que les hablara de la Palabra.
"El Espíritu Santo me dijo que trabajara con ellos. Lo primero que les dije fue que debían aceptarlo como su Salvador", comentó.
Ahora, los está integrando a un equipo de fútbol de la comunidad cristiana a la que pertenece, pues en el pasado fue entrenador, para enfrentarse contra otros equipos de jóvenes en un torneo futbolístico. "Esa es la manera de llevarlos a Dios", aseveró.
CONSEJO
El señor Calderón concluyó que la sociedad debe, ante todo, buscar del Dios verdadero y prestarle más atención a la juventud, pues se están perdiendo por las malas influencias.
SERGIO CALDERON:
"De qué sirve ganarnos el mundo si perdemos nuestra alma". |