Bueno, para no alargar, pasó enero, febrero, marzo hasta llegar a junio. Mi trabajo es un poco distante, pero es recompensado con días libres, económicamente.

Resulta que empecé a darme cuenta de que los días que yo estaba trabajando, él no se quedaba en la casa, aduciendo que se encontraba laborando arduamente en el taller. Empecé a notar que no tenía las ansias que dos personas pueden sentir, al no verse más de una semana. Al acostarnos, ya no me abrazaba como antes; al caminar por las calles, no me tomaba de las manos. Para él, todo era trabajo y no veía los resultados económicos.

A raíz de esto, fui perdiendo el entusiasmo por él, porque cada vez que había que pagar cuentas, nunca tenía dinero, ocasionando que la carga cayera sobre mi hombro. Bueno, un día temprano hubo una pequeña discusión, el hombre decidió recoger su ropa e irse de la casa. Dejé que se fuera.

Ese día pasó por mi mente, que si él había tomado esa decisión, era porque ya lo había pensado varias veces.

Días después, el hombre, arrepentido, apareció en la casa de mamá, solicitando que me convenciera para volver.

Me aparté porque sentía tranquilidad, no estaba agobiada, ni frustrada. Días después, el hombre me llamó a mi trabajo, pidiendo explicación de mi actitud.

Me preguntó si todavía lo quería, le dije que había conocido a otras personas y empezaría una nueva vida.

Él, furioso, se le fue la lengua y contó que tenía otra persona. Realmente, no tenía a nadie, pero le quité la careta.

Dos meses después, él deseaba volver conmigo. Dice que no es feliz con esa mujer, porque me ama, pero pienso que la mujer que no se respeta a sí misma, nunca puede ser feliz.

Ahora estoy saliendo con una persona encantadora, que me hace sentir una relación real, sin intereses, sobre todo con sinceridad. ¿Cómo puedo hacer para que la persona que está conmigo ahora, no se sienta con la sombra de mi antigua relación?

HABLA CON LA VERDAD
Lo único que tienes que hacer es hablar con la verdad, y tener mucha comunicación con él. Cuéntale lo que sucedió y pídele que sea tan sincero contigo, como tú con él, aunque algo le moleste. Tranquila, sé feliz que te lo mereces. ¡Suerte!