Rosa Elvira González, una de las mujeres que decidió invadir tierras privadas, dijo que en vista de que no cuentan con un área propia para vivir, se mudaron y empezaron edificar sus viviendas con cualquier material.

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Estas familias humildes, en su mayoría con niños pequeños, tienen que soportar las inclemencias del tiempo, pero lo más triste es que no tienen alimentos suficientes. Además, se exponen al peligro de ser mordidos por culebras.

En la Soledad de Santiago hace falta de todo, pues no hay luz, calles, agua o cualquier otro servicio que sirva a los invasores.

Ellos señalaron que a la fecha no han tenido contacto con ninguna autoridad para que se les preste la ayuda a 150 familias que vivían alquiladas y que decidieron invadir una propiedad privada porque, según ellos, no poseen dinero para seguir pagando donde vivían.

Por su parte, el alcalde Rubén Patiño señaló que las constantes invasiones de tierras, es un problema que hay que atender con sumo cuidado, investigar las verdaderas necesidades de las familias, pero a la vez, frenar los casos de invasiones, puesto que se presta para que los juega vivos provoquen desórdenes e inseguridad en la comunidad.