Cuando un niño dice que le duele la cabeza hay que ponerle atención, ya que puede padecer de migraña u otros problemas físicos que merecen cuidado. El dolor de cabeza no afecta sólo a los adultos, porque actualmente muchos niños, desde muy temprana edad, han sentido por lo menos una vez este malestar.
Esto, sin duda, se debe a la vida estresante que los niños modernos tienen. Las interminables y complicadas tareas escolares, los problemas familiares, las presiones de los padres para que sean los mejores, los sentimientos de culpa cuando algo funciona mal, la incomprensión y la falta de atención familiar, los efectos de la contaminación ambiental, la falta de oportunidades para divertirse, correr, jugar al aire libre, vivir en un ambiente lleno de humo de tabaco y muchas situaciones más, son la causa de este padecimiento.
Los dolores de cabeza pueden llegar a tener consecuencias severas si no se atienden adecuadamente. Por esto, cuando un niño manifieste que le duele la cabeza y no está padeciendo ninguna otra enfermedad debe:
Llevarlos al pediatra para que sean revisados. Si observa que parpadean, afinan la vista para ver, lagrimean o tienen dificultad para leer, llévelos con un oftalmólogo, ya que los problemas de agudeza visual ocasionan dolores de cabeza mientras no se corrigen. Averigüe si desayunó y comió bien. Observe cuánto tiempo pasa frente al televisor, la computadora o los videojuegos. Investigue si no le están dando alguna medicina, o cuáles son los efectos secundarios de los medicamentos que consume, en caso de que lo esté haciendo. Si los dolores son frecuentes, anote a qué hora le dan los dolores y registre la relación de eventos o alimentos que ha consumido en esos horarios.
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