Alberto Roberto Ábrego, uno de los trabajadores quien está en el hotel esperando su cita médica, afirmó que los policías les disparaban desde los helicópteros.

Él recuerda con nostalgia cómo le tocó cargar a varios compañeros que murieron, por eso no comparte las cifras del Gobierno de que solo fallecieron dos personas.

Algo molesto, sigue contando cómo los uniformados entraban a sus casas golpeaban a las mujeres para arrestar a los trabajadores. "Un policía le pegó duro a mi hermano con el cartucho de la pistola en la nariz y le dijo: "Levántate, cholo pendejo, ¿qué hacen ustedes en la calle, indio bruto?".

Alberto manifestó que si el presidente Ricardo Martinelli no deroga la Ley 30 se va a topar otra vez con Bocas del Toro en las calles, pues no descartan que se puedan dar nuevas protestas.

Lo que más les molesta a estos trabajadores es que ahora el Gobierno los quiere culpar de todo lo que pasó en Bocas del Toro, ya que la Policía no reconoce que cometió abusos en la provincia.

Otra de las situaciones que les preocupa es que ayer fueron enviados, a Bocas del Toro, ocho trabajadores que resultaron heridos en los ojos. Expresaron que si no los iban a atender, mejor los hubieran dejado en Changuinola "con sus ojos llenos de perdigones".

En tanto, el subcomisionado Didier De Gracia, jefe de la Zona de Policía de Bocas del Toro, en un informe que presentó ayer en el anfiteatro de la presidencia, justificó el uso excesivo de la fuerza.

El uniformado, utilizando fotos de las protestas, explicó cómo los manifestantes utilizaban escudos, espinilleras y piedras para atacar a los uniformados.

Al ser cuestionado si era cierto que los policías disparaban desde los helicópteros, el uniformado manifestó rotundamente que esto era falso y que en todo momento trataron de solucionar el problema por medio del diálogo. También negó que los antimotines hayan disparado directo a los ojos.

NO LA QUIEREN
Los trabajadores bocatoreños afirmaron que ya se están preparando para volver a la calle, si la Ley 30 no es derogada.