¿Quién pensaría que su mejor amigo le quitaría la vida? Ayer, en un accidente un poco confuso, Fernando Pineda González, de 64 años, perdió la vida cuando su amigo Roberto Solís Sánchez, de 35 años, manejaba el bus de la ruta Tocumen-Vía España, y al meter reversa, frente a la casa del occiso, el bus lo golpeó y se cayó, fue entonces cuando las llantas traseras pasaron por encima de su cabeza.
Su hijo Fernando dijo que estaba dentro de la casa cuando escuchó los gritos de Roberto, cuando fue a ver pensaba que se trataba de un perro, pero era su padre que estaba debajo del bus.
Don Fernando vivía en calle segunda La Siesta, minutos antes de morir le había pedido a su amigo que le fuera a comprar un paquete de azúcar. Los familiares de Fernando lo recuerdan como amigable y tranquilo, era jubilado y tenía 4 hijos.
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