La emoción se sentía en el ambiente. El equipo de trabajo del Canal de Panamá se preparaba para la llevada de uno de los personajes más famosos del mundo.

Los primeros en llegar fueron los pequeños del Hogar Malambo, que veían asombrados a una de las grandes maravillas construidas por el hombre, ellos buscaban a Mickey Mouse, pero nada. A los pocos minutos, hacían su entrada los chicos de la Escuela Rayito de Sol, de Santa Librada, en compañía del personal del Club Activo 20-30.

Un área especial los esperaba porque lo que venía era bueno.

Un experto animador les explicó a los niños el significado de la franja interoceánica y sobre la importancia del agua- que por cierto- no paraba de caer en forma de lluvia.

Como cosa de Dios, los personajes se asomaban por la puerta y la lluvia cesaba. El piso aún estaba húmedo, por lo que Minnie y Mickey tuvieron que limpiar sus gigantescos zapatos rojos antes de subir a la tarima, cuyo fondo era la esclusa de Miraflores.

Chicos y grandes aprovecharon para tomarse fotos con Mickey y Minnie. La emoción no les impedía dejar de abrazarlos, saludarlos e incluso estremecerlos para ver si eran reales.

Una experiencia inolvidable, un sueño hecho realidad.