El sargento Rivera tiene cuatro años salvaguardar la vida y el orden público de todos los pobladores en la lejana, pero bellí­sima provincia darienita.

Uno de sus principales pasatiempos es tocar el acordeón. Aprovechando el paisaje montañoso compone bellas y melancólicas pistas que lo hacen recordar a su familia que, aunque se encuentre lejos, los siente muy, pero muy cerca de su corazón.

Desde muy pequeño sintió una gran atracción por los acordeones y fue a los cinco años que su padre le concedió el deseo que tanto anhelaba. Aprendió viendo y escuchando a los maestros que le enseñaban a tocarlo.

Lleva quince años tocando este instrumento y forma parte de un conjunto musical en Penonomé, participa en las ferias de su pueblo, actividades bailables y otros eventos.

LE SIGUE LOS PASOS
El refrán que reza: "Hijo de tigre, sale raya’o" le va muy bien a Mario, pues su pequeño hijo de 11 años, Kevin Rivera, le sigue sus pasos. A su corta edad, tiene un conjunto musical llamado "Los montañeritos"; son los preferidos y alegran a los moradores de la comunidad de Toabré en Penonomé.

SEGUNDA CASA
El sargento ha adoptado a Darién como su segunda casa, pues tiene cuatro años de estar en el área y manifiesta que el dí­a que lo lleguen a cambiar, extrañará tanto sus calles y pueblos como ahora lo hace con su famlia, pero guarda un pequeño espacio los dí­as libres para verlos y aprovechar al máximo ese encuentro.

OTROS
El sargento Rivera no sólo toca el acordeón, también le gustan las guitarras, el tambor y la caja.