"Mami, no me quiero bañar... me voy a gastar, mami no, por favor". Esa es una típica frase que dicen los pequeños a la hora de bañarse. Si esto sucede en su casa, no se desespere y tómelo con calma, ya que esto puede ser porque el agua no es el medio en el que los pequeños se desenvuelven fácilmente.
Para evitar eso, le recomendamos lo siguiente:
Debe explicarle al pequeño los usos del agua y la importancia de estar limpio siempre. Debe ir despacio y sin prisas, sobre todo si es el primer contacto en una ducha o regadera. Explíquele paso a paso lo que se va a hacer para que no desconfíe de sus movimientos. Si puede compartir con el pequeño dentro del agua, le ayudará a poseer más confianza. No soltarle en ningún momento, sólo cuando el niño lo pida o se le pregunte y esté de acuerdo. No realizar movimientos bruscos que puedan asustarlo. Es positivo enseñarle lo divertido y lo bien que se lo puede pasar uno en el agua, ya sea jugueteando. El miedo al agua se convierte en un problema cuando afecta al niño en el desarrollo normal, cuando su miedo es excesivo o cuando le impide llevar una vida social normal. En estos casos es aconsejable acudir a un especialista que pueda ayudar a solucionar el problema.
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