Luz Eneida Gargill, desde niña, prestó especial atención a las clases de Educación para el Hogar (nombre que llevaba la materia años atrás). Le parecía divertido tomar la tela y darle forma con tijeras e hilo; así como usar diversos materiales para adornar la casa.

Ella lo ve como un arte. Y es que coser una pollera o un elegante vestido, así como tejer un mantel requieren de tanto talento, como trabajar una escultura.

MAS QUE CORTAR Y PEGAR
Esa destreza en las artes manuales la llevó a convertirse en una profesional en esa rama y ahora es ella quien dicta los lineamientos para hacer una buena puntada.

Con más de nueve años de experiencia en el sector educativo, Cargill cuenta que uno de los principales beneficios de la cátedra es la estimulación de la creatividad. Le ha dado clases a muchas personas adultas, que al encontrarse en un salón rodeados de fieltro, goma caliente, envases plásticos, etc., es cuando descubren que esos artículos -que pueden ser vistos como un asunto de niños- se convierten en un relajante y hasta en una fuente de ingreso.

CREANDO UN DULCE HOGAR
Como quien pinta un lienzo, para hacer un adorno de cocina se requiere de buen gusto al combinar materiales y colores. De acuerdo con la docente, hay quienes no necesitan de mucha estimulación para comenzar a crear, sin embargo, existen otros que luego de captar unas cuantas indicaciones despiertan el espíritu inventivo. También están los apáticos a estas labores.

El arte manual puede hacer que el baño deje de ser sólo un recinto de

aseo para convertirse en un sitio armonioso. Lo mismo aplica para la cocina, desde la licuadora hasta el tanque de gas pueden llevar un atuendo diseñado con estilo.

El comedor y la sala pueden ser revestidos a la altura de su importancia: los lugares donde se reúne la familia. Un hogar no únicamente debe ser un buen hogar, sino parecerlo. Cargill entiende la decoración como una manera de estimular la paz, como la vía para hacer un sitio acogedor.

CLASES DE MANUALIDADES
Tal ha sido el deseo de esta dama de ayudar con su talento, que dicta clases de manualidades y costura a sólo cinco dólares el curso. Ella ha escuchado que dicen que los materiales para las manualidades son costosos, pero siempre hay aplicaciones que están al alcance de todos, tomando en cuenta el reciclaje.

Luz Cargill insta a las personas a decorar sus casas no sólo para Navidad, con sus arreglos deja claro que en todo el año siempre habrá un buen motivo para que las paredes que los acogen estén ataviadas, y no necesariamente hay que contratar a un decorador, pues solo se necesita

creatividad y un par de manos.