Carlos Carrillo, abogado de Alexis Sinclair, alegó que un abogado no puede ser forzado porque eso viola el derecho a la defensa.

Agregó que en el caso de Sinclair-que fungía en principio como abogado de José Garzón-no sólo se le forzó a violar el principio de confidencialidad, sino que se le destruyó al vinculársele al caso por el cual fue contratado. Carrillo lamentó que el Colegio de Abogados guardó silencio cómplice, cuando debió intervenir junto a la Corte Suprema de Justicia para que se respetara a los abogados defensores.