Cuando Marion Jones implantó bandera en el atletismo mundial, inmediatamente comenzó a acaparar las tapas de las revistas y periódicos.

Sus actuaciones llamaron la atención de los conocedores; mientras su sonrisa enamoraba a los fanáticos, nacía "la diosa" del tartán.

Pero los años de gloria, fama, glamour y el dominio de la pista se fueron por la cañería al ser involucrada en el caso Balco, o lo que es igual, en dopaje.

SU HISTORIA
Cuando Marion Jones cumplió 22 años, ya era la dueña del mundo y en los últimos 10 años disfrutó de una gran fortuna, la cual fue dilapidada.

CONFESION
Después de mucho negarlo, en el 2007 aceptó públicamente que se dopó antes y después de los Juegos Olímpicos de Sidney 2004. Claro -al aceptar su culpa- hizo lo que hasta ese momento los laboratorios no pudieron: demostrar su culpabilidad.

En Sidney ganó cinco medallas: 100, 200 y relevo 4 x 400 y dos de bronce (4 x 100 y salto de longitud), preseas que tuvo que devolver.

MALA COMPAÑIA
Para involucrar a Jones en el dopaje, la ecuación era sencilla: su ex esposo C.J. Hunter fue controlado cuatro veces positivo; posteriormente se casó con Tim Montgomery, quien también fue controlado positivo y despojado de sus medallas.

Además sumó a su staff, al canadiense Charlie Francis, ex entrenador de Ben Johnson -quien dio positivo en Seúl- y sancionado en su país. Además de contar como entrenador principal a Trevor Graham, que comenzaba su negro legado. En fin, un quinteto unido por el atletismo y por los esteroides.

EL DECLIVE
En el 2006 fue un tormento por el estallido de un nuevo escándalo de dopaje.

La muestra "A" contenía EPO exógena (Eritropoyetina, hormona de síntesis que aumenta la cantidad de glóbulos rojos y mejora el rendimiento muscular). Sin embargo, el contraanálisis dio negativo.

NOMBRE PARA NO OLVIDAR
Víctor Conte, presidente fundador de los Laboratorios Balco, que crearon la Tetrahidrogestrinona, también conocida como THG (o la clara). Actualmente este gurú "nutricionista" cumple una sentencia de cuatro años por distribución de esteroides.

El THG es un esteroide anabólico que no era detectado en los controles antidopaje y fue Conte quien dio a conocer que Jones, entre otros, se habían dopado. El cristal se rompió y la verdad se hizo luz.

"Siento una gran vergüenza al estar ante ustedes y reconocer que les fallé", declaró Jones mientras las lágrimas recorrían su rostro... La atleta cumplió una condena de seis meses...

DINERO
En un juicio reconoció que sólo le quedaban 2.000 dólares y la IAAF, tras conocer de su fraude, decidió confiscarle sus premios y debió restituirlos en metálico.