Y es que fue una tonta derrota, porque jamás Mosquera demostró aquel boxeo que lo llevó a la gloria en el Madison Square Garden de Nueva York.

Tonta, porque Mosquera jamás utilizó la escuela de boxeo panameño para tratar de contrarrestar la fuerza de los puños de Valero, un gladiador que presentó claras deficiencias defensivas y que, solamente, sabe defenderse atacando.

Tonta, porque Mosquera nunca hizo caso a las indicaciones que le hizo su esquina, de boxear y alejarse de la zona de peligro de Valero desde el primer asalto.

Tonta, porque luego de ser derribado dos veces en el primer round, Mosquera no tuvo la inteligencia para darse cuenta de que su esquina le había dado el arma para tratar de fulminar a Valero.

Tonta, porque Mosquera trató de demostrarle a todo Panamá que era valiente.

En conclusión, sólo puedo decir que Valero fue superior y que en verdad posee una pegada endemoniada, y no precisamente capaz de exterminar "puros bultos".

Sobre el ex campeón del mundo, no se puede negar que se presentó en excelentes condiciones físicas al pleito, porque de lo contrario, no se hubiera levantado dos veces de la lona en el primer asalto y no hubiera resistido toda clase de castigo hasta el décimo.

Hasta aquí el tema de "El Loco". Para mañana levantaré mi voz de protesta ante el irrespeto del que una vez más fue víctima la prensa escrita de Panamá, por parte de los organizadores de la velada.