Marina Arenas, madre del joven herido, dijo que su hijo se disparó de manera accidental mientras iba de cacería en la apartada comunidad de Tólica, pero no fue hasta ayer que un helicóptero del SAN, por el mal tiempo, pudo aterrizar en el área.

Edgar González explicó que fueron muchas las horas de angustia, tanto para los familiares como para el resto de la comunidad, que veían cómo el joven Grimaldo Arenas sufría por el impacto de los perdigones de la escopeta en el estómago, que lo dejó grave, y la maestra padecía por los golpes.