Virginia, Liliana y Ale son actrices también, pero en el transcurso de la obra y desde sus camerinos dejan ver un vistazo de lo que se da detrás del escenario, cuando ya no hay público, ni cámaras; cuando el sufrimiento por la separación aparece, el empezar de nuevo, los hijos, el éxito profesional, la necesidad de un psicólogo y muchas otras temáticas, pero de una manera tan jocosa que... ¡Dios mío!

A eso de las 8: 30 p.m., el telón del Teatro Balboa daba el inicio a "Confesiones de mujeres de 30", y a su vez, a una hora y media de vivencias reales, tan reales que muchas mujeres del público se sentían identificadas; si no pregúntenle a Marisela Moreno, quien junto a sus amigas tenían una algarabía, aunque no eran las únicas, pues casi todo el teatro estaba en lo mismo.

Lourdes (Virginia) se lució: "no estoy bien, no estoy bien", decía. Liliana (Ana María), después de su separación, halló un alivio inmediato para su maravillosa vida de casada, mientras que Ale (Alba) contó sus andanzas con un chico de 18, quien por primera vez tenía relaciones. ¡Uyuyuy! ¡Tremenda experiencia!