Un hombre que se había encerrado en su domicilio de Cluj, una localidad del centro de Rumania, por miedo a salir de casa el viernes 13, falleció por la picadura de una avispa muy venenosa que le atacó en su propia cocina.
De nada le sirvió al supersticioso Florin Carcu, de 54 años, pedir permiso a su jefe, Gheorghe Domsa, para no ir a trabajar ese "nefasto" día, como explicó la policía local en un comunicado.
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