No son invencibles. Superado en estatura, destreza y velocidad, el equipo de básquetbol de Puerto Rico recurrió al orgullo patrio el domingo para hacer historia y derrotar a Estados Unidos en los Juegos Olímpicos. El armador Carlos Arroyo resumió el sentir de sus compañeros, luego de la victoria 92-73, apenas la tercera derrota de los estadounidenses en su brillante histórica olímpica y la primera en los juegos desde que incorporaron a profesionales de la NBA en 1992.
"Jugué este partido buscando ganar un poco más de respeto para el básquetbol de Puerto Rico. No solamente para nuestro equipo, sino para todo el país", dijo Arroyo, la estrella de la noche con 27 puntos.
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