Casi 18 años después que sus tierras ancestrales fueron inundadas para la construcción de una represa en el nordeste de Brasil, los indios Tuxá finalmente serán indemnizados por el desalojo, informó ayer el Gobierno.
La estatal Compañía Hidroeléctrica de San Francisco (CHESF) se comprometió a pagar una indemnización de 28 millones de dólares por los daños.
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