La calle Santa Gertrudis, desde que inicia hasta que termina, es hueco, tras hueco. Según una de sus moradoras, la Sra. Forero, la situación es tan caótica, que incluso hace poco un carro, al tratar de desviar un hoyo, casi se va abajo.

A simple vista, se nota que la calle Santa Gertrudis ha sido reparada en múltiples ocasiones, pues los parches son notorios. No obstante, el daño es innegable.

La situación de la vía se hace más notoria cuando llueve, pues con el agua se dificulta ver la profundidad de los hoyos.

Otros vecinos añadieron que los taxistas no quieren llevarlos, porque temen que se dañen sus autos.