Dos semanas de clases han perdido los estudiantes, desde que los docentes decretaron un paro nacional para exigir al Gobierno un aumento salarial de B/.190.00. Los grandes perdedores serán los estudiantes, quienes culminarán el año con marcadas deficiencias.
Los gremios de educadores y el Ejecutivo deben sentarse a la mesa, convencidos de querer poner fin a una disputa que en nada beneficia a la maltrecha educación panameña. Hacemos un llamado para que antepongan mezquinos intereses por el bien de todo el país.
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