Llegó con las esperanzas de buscar un mejor futuro; sin embargo, está pasando una difícil situación. Argelis Noguera es una joven de 23 años, quien hace varios años se trasladó de Chitré a la ciudad capital, pensando que podría conseguir un trabajo, pero se topó con la dura y cruel realidad que embarga a muchos otros panameños. Hoy vive en la comunidad de Villa María, en Alcalde Díaz, en unos terreros ajenos que invadieron desde hace tres meses. Su pequeña casa de madera y zinc es por ahora, lo único que tiene donde vivir. Su esposo, Isael, trabaja como carnicero, pero lo poco que gana no les alcanza, dice Argelis.
Teme que el dueño de los terrenos donde vive la desalojen a ella y a las otras familias que residen en el mismo sector.
"Sólo tengo tres meses de vivir en este lugar, pero me mantengo en una zozobra, porque no tenemos otro lugar a donde ir y no sabemos cuándo el dueño de los terrenos nos sacará", señaló un tanto angustiada.
Nadie ha podido construir las casas de bloque por miedo. Aunque tratan de negociar para pagar poco a poco el lote , no han tenido ningún acercamiento con los dueños o con las autoridades.
La cosa está difícil como dice, Argelis, ni pa' el arroz tienen a veces, pero allí está luchando junto a su esposo y en espera de ser madre, con la esperanza de que vengan mejores días para ella y los demás.
NORTE
Lo único que anhelaba era la superación de su familia, pero sabe que tiene que luchar duro para conseguirla.
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