La eterna pelea por la territorialidad se mantiene aún presente en nuestros días, cuando desde hace años los residentes de San Felipe viven pendiendo de un hilo con el gran temor de que los desalojen y los saquen como animales.

Según los afectados, los propietarios de los inmuebles, con el "pretexto" de mejorar las infraestructuras, se mantienen a la expectativa y al acecho con abogados y todo para desalojarlos, pero una vez remodelada la casa la ponen en venta, por eso consideran que es un "verdadero atropello".