Día y noche los residentes de la barriada El Balmoral, en Pedregal, tienen que vivir inundados de los malos olores que despide el tanque séptico del lugar.
Los vecinos se quejan porque no limpian el tanque; además, los mismos residentes tiran en ese terreno la hierba y árboles que cortan en sus casas, lo que ha contribuido a que éste se tape y los desechos orgánicos se derramen.
Según los afectados, antes este problema no se daba, porque la barriada no era tan grande y el tanque absorbía sin dificultad los desechos producidos, pero al construir más residencias no se tomó en cuenta que éste ya no tendría la capacidad necesaria. Cuando llueve el hedor se "alborota", al punto que no quieren ni respirar para no revolverse. Por el momento, esperan respuestas de las autoridades competentes.
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