El problema en la piel es tan avanzado que le ha cubierto todo el cuerpo al pequeño de tan solo siete años. Además, tiene una enorme úlcera en la cabeza, de la que le emana un mal olor.

Esta rara enfermedad tiene muy preocupados a los maestros de Diógenes, que cursa el primer grado, pues sufren mucho al ver cómo se saca sangre cuando se rasca.

Explicaron que la infección no ha sido problema para que el estudiante reciba sus enseñanzas, pero al no saber qué es lo que tiene, temen que sea algo contagioso.

Lo peor es que por vivir en un lugar lejano y de difícil acceso, sus padres nunca lo han llevado al médico para saber cuál es la enfermedad que tiene y qué se la provocó.

Los maestros solo desean que alguna gira médica visite la escuela para que Diógenes se pueda curar y jugar feliz con sus compañeros.

La petición es porque en la última gira médica le recetaron varias cremas que le ayudaron.

El centro de salud más cercano a la comunidad está en Llano Ñopo, a seis horas de distancia.