Se trata de los buhoneros que resultaron afectados con el accidente del SAN-100, a un costado del almacén Banana Price, ubicado en Calidonia, y que tienen más de tres meses de estar buscando su sustento, pero en lugares aledaños al sitio de la tragedia.

Uno de ellos es Guillermo Burgos, quien tenía un puesto de venta de malteadas, pero para poder subsistir en este tiempo se las ingenió para vender pastillas en una mesa e incluso en su local de venta tiene un cartel que dice: "Damnificado del helicóptero SAN-100. Kiosco de las malteadas. Gracias por su cooperación".

Burgos informó que en vista de que la Junta Comunal de Calidonia habilitará el área para que vuelvan a instalarse en sus puestos de venta, ahora le corresponde a él fumigar, limpiar y probar los equipos de refrigeración que aún se encuentran dentro de su kiosco para reactivar su negocio.

Todos los locales afectados han estado custodiados por unidades policiales, debido a las investigaciones de este caso.

Otra que está muy contenta por volver a su kiosco es Eneida Suira, ya que solo estaba vendiendo correas tres veces a la semana y la economía de su hogar se ha visto afectada. No obstante, reconoció que las autoridades le dieron un bono de 100 dólares y 200 en efectivo a los "damnificados" por el accidente del SAN-100.