Sólo la goleada del Udinese al Panathinaikos 3 a 0 impidió al "Barça" arrancar el torneo europeo como líder de su grupo, pero al equipo azulgrana le cabe la satisfacción de haber conquistado el Wesserstadion con relativa facilidad y de salir reforzado de su paso por Alemania.

El equipo que dirige el holandés Frank Rijkaard completó un partido poco lustroso, pero muy práctico. En general, supo llevar el timón del choque y sólo sufrió en el último cuarto de hora de la primera parte, cuando se descentró debido a sus propios errores.

El entrenador holandés apostó por la continuidad y dispuso el mismo equipo que había ganado al Mallorca 2 a 0, en una muestra de confianza a los campeones del año pasado.

MERECIERON MAS
El Juventus de Turín saldó, con un triunfo menor a lo merecido, su visita al Brujas con marcador de 2 por 1, en un partido dominado de forma apabullante por el conjunto turinés, que dejó una excelente impresión y donde si no endosó una goleada fue porque el meta, Stijn Stijnen, fue el gran héroe.

El conjunto de Fabio Capello, desde luego impresiona, asusta. Y lo hace desde el mismo pitido inicial. Lo evidenció con una salida fulgurante, jugando con potencia y calidad, rapidez y nunca más de dos toques.

JUGARON DE TU A TU
El Villarreal debutó en la Liga de Campeones con un empate sin goles ante el Manchester United, en un encuentro en el que tuteó al poderoso conjunto inglés, que pasó por muchos apuros en el último cuarto, en el que jugó en inferioridad numérica por la expulsión de Wayne Rooney.

La ausencia del argentino Román Riquelme obligó a Manuel Pellegrini a cambiar su habitual estilo de juego y optó por contar con jugadores rápidos, como Héctor Font y Guayre, para plantear el encuentro a la contra.

CON MUCHO TRABAJO
El Bayern impuso su jerarquía futbolística al vencer 1 a 0 con un gol del peruano José Paolo Guerrero a un meritorio Rapid, que falló un penalti en los últimos minutos, y al que le pudo el ansia de los primerizos en la Liga de Campeones.

El Bayern Múnich se encontró en el viejo Prater a un Rapid descarado que le plantó cara en todo momento y que no renunció al ataque. El partido se convirtió en una carrera continua de un área a otra, sin mucha transición de balón.