Michael Vega es más duro que el codito del diablo. Eso lo pudimos comprobar cuando se puso a cargar su celular en uno de los interruptores de un casino de la Costa Atlántica. ¡Qué feo! Eso lo vimos con estos ojitos que un día se van a tragar la tierra. ¡Fíjate, fíjate, fíjate!