Sólo era cuestión de tiempo para lograrlo. Barry Bonds bateó ayer el jonrón 700 de su carrera, para alcanzar otra gran meta y acercarse a Babe Ruth y a Hank Aaron, en su lucha por convertirse en el máximo bateador en la historia del béisbol.
Bonds recompensó a sus aficionados en el primer partido de una serie de nueve de los Gigantes de San Francisco, al conectar su cuadrangular entre los jardines izquierdo y central, en la tercera entrada, a los envíos de Jake Peavy, de los Padres.
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