Cuando la atolladera tomó fuerza, algunas personas se vistían ese día de blanco a propósito, para unirse al relajo.
Hoy, ya hasta la reina y su corte se visten de blanco y participan de esta tradición. Cuando comienza la atolladera, el alegre tamborito y los fuegos artificiales son la señal de que el jolgorio en la plaza ha comenzado. Aquí participan también grandes conocedores de la música típica.
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