Su vieja casa amenaza con caerles encima y, en el invierno, llueve más adentro que afuera.
Elvira Bonilla, de 87 años, vive junto a dos de sus hijas enfermas: Silvia, de 70 años, y Graciela, de 63, y a pesar de que necesitan de todo, lo único que pide la señora Elvira es comida, ya que pasan mucho trabajo. Igualmente, necesitan medicamentos para sus enfermedades.
En su casa, si hay menestras se hacen unos guachos con plátano, única comida que ingieren a las 3 de la tarde hasta el día siguiente, cuando desayunan café y pan, si hay.
Silvia y Graciela viven a diario con dolor en todo el cuerpo. Graciela padece de problemas mentales y es la más pequeña de los cinco hijos de la señora Elvira.
Justina Barrios conoce a estas tres mujeres desde hace 8 años, y en una bicicleta se desplaza a llevarles los alimentos que pueda conseguir. Aseguró que hay días que ha llegado a la casa de las señoras y encuentra a Elvira con fiebre, por lo que tiene que mandar que la vayan a atender.
SUEÑOS
El deseo de Graciela es tener una muñeca; el de Silvia, un televisor en colores y un radio, además de camas.
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